Todos nosotros conocemos a la gelatina, hay de muchos colores y sabores y sobretodo es un postre saludable y una buena opción para cuando estamos a dieta. Además de aportar pocas calorías, cuenta con un importante valor nutricional, lo que la convierte en el postre ideal para quienes siguen dietas de adelgazamiento.
La gelatina se obtiene principalmente de los animales. Su naturaleza es básicamente proteica, aunque también hay gelatinas de origen vegetal que provienen de algas o de frutas.
En cuanto a su valor nutritivo la gelatina ofrece muchas proteínas, aunque de escaso valor biológico porque carece de triptófano (un aminoácido esencial). No obstante, posee una concentración alta de los aminoácidos glicina y prolina, que participan de manera importante en la construcción de las estructuras conjuntivas del cuerpo humano.
La gelatina posee escasas grasas y nada de azúcar o colesterol, por lo puede formar parte de cualquier dieta. Contiene también colágeno, sales minerales y magnesio y calcio, aunque en cantidades moderadas.
Si la gelatina es vegetal, aporta ácido fólico (vitaminas del grupo B) que es muy importante especialmente en el embarazo, pues ayuda a reducir el riesgo de espina bífida y otros problemas en el desarrollo del bebé.
Además de saciar el deseo de ingerir algo dulce, la gelatina aporta muy pocas calorías. Una porción de cien gramos de gelatina diet, aporta apenas 10 calorías.
La gelatina está compuesta en un 90% de agua, es muy refrescante, fácil de preparar y de digerir, es ideal para desintoxicar el organismo, tiene efectos diuréticos y es efectiva contra la constipación.
Aunque la mayoría de gelatinas que encontramos en el mercado contienen abundante azúcar, existen también versiones diet o light, que reemplazan el azúcar con edulcorantes.
La gelatina ofrece muchas opciones en la cocina, con ella se pueden preparar bavarois de frutas, flanes de verduras, pasteles de carne, budines salados, mousses, etc., y gracias a ella los platillos pueden adoptar nuevas formas y conservar todo su sabor.
Sin embargo, la gelatina no puede ser considerada como un sustituto de la fruta, y aunque pueda convertirse en un postre sano, debe ser consumido en forma moderada.
La gelatina se obtiene principalmente de los animales. Su naturaleza es básicamente proteica, aunque también hay gelatinas de origen vegetal que provienen de algas o de frutas.
En cuanto a su valor nutritivo la gelatina ofrece muchas proteínas, aunque de escaso valor biológico porque carece de triptófano (un aminoácido esencial). No obstante, posee una concentración alta de los aminoácidos glicina y prolina, que participan de manera importante en la construcción de las estructuras conjuntivas del cuerpo humano.
La gelatina posee escasas grasas y nada de azúcar o colesterol, por lo puede formar parte de cualquier dieta. Contiene también colágeno, sales minerales y magnesio y calcio, aunque en cantidades moderadas.
Si la gelatina es vegetal, aporta ácido fólico (vitaminas del grupo B) que es muy importante especialmente en el embarazo, pues ayuda a reducir el riesgo de espina bífida y otros problemas en el desarrollo del bebé.
Además de saciar el deseo de ingerir algo dulce, la gelatina aporta muy pocas calorías. Una porción de cien gramos de gelatina diet, aporta apenas 10 calorías.
La gelatina está compuesta en un 90% de agua, es muy refrescante, fácil de preparar y de digerir, es ideal para desintoxicar el organismo, tiene efectos diuréticos y es efectiva contra la constipación.
Aunque la mayoría de gelatinas que encontramos en el mercado contienen abundante azúcar, existen también versiones diet o light, que reemplazan el azúcar con edulcorantes.
La gelatina ofrece muchas opciones en la cocina, con ella se pueden preparar bavarois de frutas, flanes de verduras, pasteles de carne, budines salados, mousses, etc., y gracias a ella los platillos pueden adoptar nuevas formas y conservar todo su sabor.
Sin embargo, la gelatina no puede ser considerada como un sustituto de la fruta, y aunque pueda convertirse en un postre sano, debe ser consumido en forma moderada.
