Como ya sabemos, si no tenemos buenos hábitos al comer, en futuro muy cercano podremos ver los resultados, pues sin darnos cuenta empezaremos a aumentar de peso y eso es lo que menos deseamos.
Entre las nocivas rutinas diarias está abrir a cada rato la refrigeradora para ver qué hay, sin percatarse que comerá algo que no es necesario ingerir en ese momento.
Entre las nocivas rutinas diarias está abrir a cada rato la refrigeradora para ver qué hay, sin percatarse que comerá algo que no es necesario ingerir en ese momento.
Comer lo que dejan los hijos u otros en la familia para que “no se desperdicie”, también la engordará. Un estudio de la Universidad de Minnesota confirmó que por esa manía, las mamás consumían de 350 a 400 calorías más por día.
Otro grave error es pedir siempre “combos” cuando se come en la calle. Parece que aprovecha una oferta, pero un combo (con más papás fritas o gaseosa, por ejemplo) agrega varios cientos de calorías a la comida y la engorda.
Comer mientras se cocina, para saber si el plato está rico, hace que sume calorías de manera involuntaria. Saltarse las comidas para adelgazar, también engorda porque cuando come se ingiere más de lo necesario, al “compensar” lo dejado de comer a su hora.
Picar entre comidas no solo engorda sino que, además, puede causar desórdenes estomacales. Igual sucede al picar de todo en un bufé. Comer pan en el restaurante, mientras espera que le sirvan, es otra costumbre que la engordará.
Comer mientras se cocina, para saber si el plato está rico, hace que sume calorías de manera involuntaria. Saltarse las comidas para adelgazar, también engorda porque cuando come se ingiere más de lo necesario, al “compensar” lo dejado de comer a su hora.
Picar entre comidas no solo engorda sino que, además, puede causar desórdenes estomacales. Igual sucede al picar de todo en un bufé. Comer pan en el restaurante, mientras espera que le sirvan, es otra costumbre que la engordará.
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