Sus vidas cambiaron para siempre cuando escucharon una conversación entre sus padres en la que decían que sus hijas se estaban convirtiendo en mujeres y que pronto hasta “echarían caderas”.
En ese momento, Maria y Katy Campbell decidieron iniciar un pacto siniestro que atormentaría a toda su familia durante dos décadas.
Las dos hermanas no querían echar caderas ni iniciar el período, no querían crecer ni hacerse mayores. En definitiva, no querían aumentar de peso y volumen y a eso han dedicado los últimos 22 años de su vida.
“Katy y yo estamos absolutamente hartas de la situación”, dice María, que con 33 años mide 1,60 centímetros y pesa cerca de 40 kilos, apunta al diario DailyMail.
Katy, con la misma altura, pero cuyo peso se tambalea peligrosamente por encima de los 30 kilos coincide con su hermana: “Me duele la espalda, los latidos de mi corazón son irregulares, tengo osteoporosis, dolor gástrico crónico y pancreatitis”.
En ese momento, Maria y Katy Campbell decidieron iniciar un pacto siniestro que atormentaría a toda su familia durante dos décadas.
Las dos hermanas no querían echar caderas ni iniciar el período, no querían crecer ni hacerse mayores. En definitiva, no querían aumentar de peso y volumen y a eso han dedicado los últimos 22 años de su vida.
“Katy y yo estamos absolutamente hartas de la situación”, dice María, que con 33 años mide 1,60 centímetros y pesa cerca de 40 kilos, apunta al diario DailyMail.
Katy, con la misma altura, pero cuyo peso se tambalea peligrosamente por encima de los 30 kilos coincide con su hermana: “Me duele la espalda, los latidos de mi corazón son irregulares, tengo osteoporosis, dolor gástrico crónico y pancreatitis”.