La sal o Cloruro de Sodio es un componente importante en la alimentación, pues trae múltiples beneficios al organismo.
“La sal contribuye al funcionamiento del metabolismo, el transporte de nutrientes o la eliminación de sustancias que se realizan a través de los fluidos de agua y sal. Así, es vital para mantener el equilibrio de los fluidos corporales, pues su déficit puede provocar deshidratación”, explica Darcy López, nutricionista.
No obstante, el consumo excesivo de sal también puede ser un problema para la salud. Hay personas que usan más sal que otras al cocinar y algunos recetarios indican agregarla al gusto, pero no es recomendable excederse.
Especialistas del Instituto Nacional de Salud (INS) señalan algunos efectos negativos del abuso de este ingrediente, como la retención de líquidos, lo que obliga a órganos como el corazón, hígado y riñones a trabajar por encima de sus posibilidades.
Además, aumenta el riesgo de hipertensión arterial y empeora los síntomas asociados a enfermedades cardiovasculares, hepáticas y renales.
El abuso de sal está asociado también a la osteoporosis, ya que incrementa la excreción de calcio por la orina y esto propicia la desmineralización de los huesos.
Cabe señalar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir máximo cinco gramos de sal al día. “La mayoría de la población consume casi el doble de sodio recomendado; si bien los problemas asociados no son visibles en un primer momento, resulta un mal que se va acumulando con el tiempo”, finaliza la nutricionista Darcy López.
LA IMPORTANCIA DEL YODO
Según Jesús Rocca, endocrinólogo, el yodo es indispensable para la formación de hormonas tiroideas y estas son imprescindibles para el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central.
En las primeras semanas del embarazo, el embrión obtiene estas hormonas de la madre a través de la placenta. Si hay deficiencias, el desarrollo del cerebro es pobre; y en ciertos casos, la deficiencia severa de yodo puede generar que no se forme la glándula tiroides, por lo cual el bebe se expone a la ausencia de esta hormona durante el embarazo, lo que genera el cretinismo endémico (grado máximo de severidad de daño cerebral).
PARA TENER EN CUENTA
La hipertensión se caracteriza por el estado de vasoconstricción arterial y venosa con la consiguiente disminución de irrigación a los tejidos del cuerpo, explica Patrick Wagner.
Según Wagner, en este proceso patológico de estrechamiento de los vasos están involucrados algunos elementos que controlan el estado de las arterias. Los principales de estos componentes son el sodio y el calcio.
Por ello la sal –que es cloruro de sodio– favorece la vasoconstricción y, por ende, la aparición de la hipertensión. Los pacientes hipertensos deben limitar el consumo de sal.
“La sal contribuye al funcionamiento del metabolismo, el transporte de nutrientes o la eliminación de sustancias que se realizan a través de los fluidos de agua y sal. Así, es vital para mantener el equilibrio de los fluidos corporales, pues su déficit puede provocar deshidratación”, explica Darcy López, nutricionista.
No obstante, el consumo excesivo de sal también puede ser un problema para la salud. Hay personas que usan más sal que otras al cocinar y algunos recetarios indican agregarla al gusto, pero no es recomendable excederse.
Especialistas del Instituto Nacional de Salud (INS) señalan algunos efectos negativos del abuso de este ingrediente, como la retención de líquidos, lo que obliga a órganos como el corazón, hígado y riñones a trabajar por encima de sus posibilidades.
Además, aumenta el riesgo de hipertensión arterial y empeora los síntomas asociados a enfermedades cardiovasculares, hepáticas y renales.
El abuso de sal está asociado también a la osteoporosis, ya que incrementa la excreción de calcio por la orina y esto propicia la desmineralización de los huesos.
Cabe señalar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir máximo cinco gramos de sal al día. “La mayoría de la población consume casi el doble de sodio recomendado; si bien los problemas asociados no son visibles en un primer momento, resulta un mal que se va acumulando con el tiempo”, finaliza la nutricionista Darcy López.
LA IMPORTANCIA DEL YODO
Según Jesús Rocca, endocrinólogo, el yodo es indispensable para la formación de hormonas tiroideas y estas son imprescindibles para el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central.
En las primeras semanas del embarazo, el embrión obtiene estas hormonas de la madre a través de la placenta. Si hay deficiencias, el desarrollo del cerebro es pobre; y en ciertos casos, la deficiencia severa de yodo puede generar que no se forme la glándula tiroides, por lo cual el bebe se expone a la ausencia de esta hormona durante el embarazo, lo que genera el cretinismo endémico (grado máximo de severidad de daño cerebral).
PARA TENER EN CUENTA
La hipertensión se caracteriza por el estado de vasoconstricción arterial y venosa con la consiguiente disminución de irrigación a los tejidos del cuerpo, explica Patrick Wagner.
Según Wagner, en este proceso patológico de estrechamiento de los vasos están involucrados algunos elementos que controlan el estado de las arterias. Los principales de estos componentes son el sodio y el calcio.
Por ello la sal –que es cloruro de sodio– favorece la vasoconstricción y, por ende, la aparición de la hipertensión. Los pacientes hipertensos deben limitar el consumo de sal.